Visita a Orihuela «Tras la Huella de Miguel Hernández»

<< Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor.>>

Pablo Neruda

Con motivo del ochenta aniversario por la muerte de Miguel Hernández, el pasado 22 de noviembre culminó una actividad literaria que llevábamos meses planeando y preparando desde el Departamento de Lengua con nuestro alumnado de 4º de la ESO.

Los alumnos y alumnas han abordado el conocimiento de la figura del poeta oriolano desde diversos puntos de vista, que incluyen aspectos históricos, biográficos y culturales de las primeras décadas del pasado siglo XX. Hemos conocido su época, su vida y su entorno. De este modo hemos podido apreciar aún más la hondura pasional de sus versos.

Con la ilusión de salir del centro para poder recordar al poeta “a plena luz”, salimos hacia Orihuela al inicio de la jornada escolar. Una vez llegamos a nuestro destino, nos esperaba nuestra magnífica guía, Nuria, a quien agradecemos desde aquí no solo su amabilidad y comprensión, sino también su conocimiento profundo de la materia y el modo didáctico de exponerlo a nuestro alumnado.

La primera parada obligatoria fueron los Murales del barrio de San Isidro, hermosa y emotiva recuperación de la memoria viva del poeta que se remonta a 1976. La guía nos comentó que todos los años se restauran murales deteriorados, así como se pintan otros nuevos, entre diversos actos de homenaje realizados durante el mes de mayo.

Tras esto, hicimos una pausa para que nuestros alumnos pudieran desayunar bajo esas palmeras levantinas que hicieron alto al poeta de tanto mirarlas. También ellos elevaron la mirada hacia sus copas. Y, ya con el apetito saciado, emprendimos camino a pie hacia la Casa Museo de Miguel Hernández y el Rincón Hernandiano, donde nuestros alumnos pudieron al fin poner imágenes y sensaciones a todo lo que habían leído, analizado y trabajado en clase. A esa tarea contribuyó un joven guía, Vicente, a quien también agradecemos su labor y que nos reveló muchos de los secretos de la casa de la calle de Arriba, testimonios que fueron escuchados con interés y expectación por parte de los alumnos.

Completamos la visita a la ciudad de Orihuela con la entrada a la Catedral que, con su silencio y recogimiento, nos ofreció un descanso que nuestro alumnado empezaba a necesitar. Nuestra guía nos deleitó con una leyenda, según la cual en Orihuela en tiempos de Reconquista, asediados y sin otra opción, ¡los oriolanos habían llegado a comerse algún murciano!

Debemos insistir en que el comportamiento de nuestros alumnos fue, durante toda la visita, receptivo, implicado y respetuoso, y, por ello, los felicitamos.

Tras esta última parada, emprendimos el regreso hacia nuestro autobús y, en menos que canta un gallo que nos quisieron vender unos parroquianos, estábamos de nuevo en nuestro centro, con mucha emoción contenida, un puntito de añoranza y algún verso suelto de Miguel Hernández rodando por el alma.

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